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O NEGRO DO MONTIÑO TAMÉN CHE DA O PÉSAME



Querida compañeira, como no bo blues, coma nun vello blues, hoxe quero lembrarche unha canción que me ven á memoria, de seguro que a recordas, tamén é un blues e díche así:

Te recuerdo Amanda,

la calle mojada,

corriendo a la fábrica

donde trabajaba Manuel.

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,

no importaba nada, ibas a encontrarte con él,

con él, con él, con él, con él.

Son cinco minutos.

La vida es eterna en cinco minutos.

Suena la sirena de vuelta al trabajo,

y tú caminando, lo iluminas todo.

Los cinco minutos te hacen florecer

Te recuerdo Amanda,

la calle mojada,

corriendo a la fábrica

donde trabajaba Manuel.

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,

no importaba nada, ibas a encontrarte con él,

con él, con él, con él, con él.

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,

no importaba nada, ibas a encontrarte con él,

con él, con él, con él, con él.

Que partió a la sierra.

Que nunca hizo daño. Que partió a la sierra,

y en cinco minutos quedó destrozado.

Suena la sirena, de vuelta al trabajo.

Muchos no volvieron, tampoco Manuel.

Te recuerdo Amanda,

la calle mojada,

corriendo a la fábrica

donde trabajaba Manuel.

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,

no importaba nada, ibas a encontrarte con él,

con él, con él, con él, con él.

Se cadra non ten moito que ver cos dramas persoais de cada quen, pero son "ratiños pra lembrar" que lle chamo eu, pequenas illas onde descansar a memoria e facer que o tempo vaia máis lento, máis lento...e agora volve a escoitar a canción...

Compañeira Marga, un bico forte deste negro que apesares de ser un pendencieiro e medio macarra, ten corasonsiño (sonche sensible, que lle queres!!!)